El pasado 24 de Noviembre se recordó la lacra social del maltrato de género que se sufre en la actualidad. Lejos de ser un problema que vea su tiempo de terminar, las cifras relacionadas con las denuncias por parte de jóvenes pone la voz de alarma sobre los valores machistas de posesión que aun así denunciados, siguen pasando de generación en generación sin aparente remedio. Escribo, eso sí sin "aparente" porque creo que aunque cortos pasos, estos se están dando. En todo caso, del mismo modo que se no se puede cuestionar las difíciles cifras que se dan hoy en España relacionadas con esta vergüenza, tampoco podemos renunciar a luchar, en todos los ámbitos para encontrar el final de esta actitud, o sino, al menos dejar un camino marcado para que las generaciones futuras lo tengan algo más fácil. Los orígenes de los problemas no son pocos: tradición, hábitos sociales, religión, concepción de la familia, pero también falta de educación (véase educación reglada) y más de una ocasión precariedad económica. La lucha contra tantos frentes abiertos se mezcla con el propósito de acabar con otros tantos problemas acuciantes para esta sociedad, pero el tener bien definido el problema transversal y desolador de la violencia que sufren en su mayor parte mujeres es necesario para que entre tantas medidas en pro de la reducción de tan diversos problemas no se pierda el objetivo original de acabar con esta miserable lacra.
http://www.jscbarcelona.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=1
Salud.
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