4/20/2008

AVE, ¿rentabilidad social?

Hace dos meses fue noticia la inauguración del AVE Madrid-Barcelona después de una cadena de sucesos lamentables en la construcción de su tramo final desde Bellvitge a la Estación de Sants. Se ha presumido de una alta ocupación de la línea en sus primeras etapas de vida, y no se duda de que esta ocupación seguirá creciendo. No obstante, es importante matizar que siendo la ocupación actual del 70% (cifra en que situó Renfe la rentabilidad económica de la línea) casi el 60% lo conforman ejecutivos.
La infraestructura a día de hoy ha costado unos 12.000 millones de euros (8.000 millones pagados con dinero público). Estas cifras llaman la atención si se comparan los 9.000 usuarios que viajan en AVE cada día en la actualidad, con los 400.000 usuarios que lo hacen en los trenes de cercanías del área metropolitana de Barcelona, infraestructura en la que apenas se ha invertido desde el año 1992, generando un sistema ferroviario de cercanías frágil, conocido con disgusto por los usuarios. En definitiva, deberíamos preguntarnos si no era prioritario un saneamiento de la red de cercanías antes que una gran aventura en el progreso ferroviario, promovida por suculentas subvenciones europeas, de manera que saliera beneficiada una gran parte de la población, que en muchos casos no dispone de otro sistema de transporte eficaz hasta su lugar de trabajo, con el que sí que cuentan, no obstante, los ejecutivos que viajan en la línea del AVE, como el avión.
Esperemos que en un momento de auge social y reivindicación por parte del gobierno de los derechos básicos de los ciudadanos, a menudo camuflados por la rutina, como lo es el trasporte público, y aprovechando que se ha decidido promover el tren como medio de transporte sostenible, se decida mejorar el servicio de cercanías de Barcelona. Sólo entonces el AVE debería pasar a ser una prioridad.