11/28/2009

La dignidad de un pueblo


Este pasado jueves los diarios catalanes han publicado una editorial conjunta “La dignitat de Catalunya”, donde se expresa una voluntad explícita de la ciudadanía y los medios en defensa de una ley legitima; el Estatut. A pocas semanas (o eso esperamos) de la resolución del Tribunal Constitucional sobre los diversos recursos presentados quisiera hacer una reflexión:
Primeramente, “L’estatut de Catalunya” NO es una simple ley, es la VOLUNTAT de un pueblo. Va más allá del nacionalismo, las derechas o las izquierdas. Algunos se podrán escandalizar de que la palabra “nación” aparezca en el preámbulo de la ley. Otros afirmarán, en diversas ocasiones sin razón alguna, que el estatuto representa una rotura de la España constitucional, el germen de la independencia, el principio del fin de la unidad nacional. Nada más lejos, a todos los que creen esto, les quiero decir que yo, como la mayoría de la ciudadanía catalana nos sentimos “tan españoles como catalanes”. No somos nacionalistas, simplemente somos catalanes… y españoles, marroquís, ecuatorianos,… somos una sociedad multicultural y negarlo es negar la evidencia.
En segundo lugar, el estatuto de Catalunya NO es un invento interno de Catalunya. Este, ha pasado por el Parlament, Las Cortes españolas, refrendado por el rey y lo más importante votado afirmativamente por el pueblo. Se hace muy difícil pensar (ilógico) que un Tribunal POLÍTICO, porque lo es; pueda dictar sentencia sobre la conveniencia o no de algunos de los artículos. Más si cabe si trata de la interpretación de dichos artículos.
Finalmente, si se me permite ser algo más crítico, pienso que existen hechos racionales y hechos irresponsables. Todo el mundo, tiene derecho a quejarse sobre el articulado del Estatut. Es decir, algunas comunidades autónomas han presentado sendos recursos contra ALGUNOS artículos del Estatut por creer que le son perjudiciales. Ahora bien, presentar un recurso contra la TOTALIDAD del documento, es un hecho irresponsable. Puesto que, muchos somos los que pensamos, que han primado las razones políticas antes que las razones racionales.
En conclusión, quisiera acabar mi escrito alegando que: “La voluntad de un pueblo (Cataluña) refrendada por la voluntad de la globalidad (las Cortes españolas) NO PUEDE NI DEBE ser negada por la voluntad de un Tribunal político.
(Opinión personal del Secretario de Comunicación de JSC-Nou barris)

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