2/01/2010

No es el Cuándo, es el Cómo.

Durante estos últimos días a saltado a la opinión pública la nueva medida del gobierno sobre el aumento de la edad de jubilación a los 67 años. La respuesta a dicha propuesta ha sido cuasi unánime “Va a trabajar tu…. Madre hasta los 67” (popularizada por los famosos grupos facebook). Y es que, en temas tan sensibles para los trabajadores como este, se hace muy difícil dar una respuesta que contente a todos.
Antes de abordar el tema, debemos poner todas las cartas sobre la mesa. Así pues, hay que entender que la jubilación en España no es más que un Pacto intergeneracional. Es decir, las generaciones actuales en edad laboral aportan las cotizaciones que sirven para pagar la ansiada pensión a los jubilados. Hasta ahí todo va bien, el problema surge cuando la balanza se desequilibra a favor de los beneficiarios, el sistema se colapsa y los requisitos del Pacto NO pueden cumplirse. En principio, no debemos alarmarnos ni ser catastrofistas, la caja de la Seguridad Social esta destinada a aguantar el tiempo suficiente como para pactar una nueva reforma. Ahora bien, ciertos indicios nos hacen pensar que cuanto antes se solucione, mejor será para todos.
Las condiciones actuales muestran previsibles escenarios desfavorables. La bajada drástica de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida son factores clave para entender el desequilibrio. Si a todo ello, le sumamos que la Generación del Baby Boom se jubilará dejando en herencia una generación más bien escasa en efectivos; tenemos el problema “¿Quién pagará las pensiones?”. Llegados a este punto vamos a desmentir lo que algunas voces anuncian: Los inmigrantes NO pagarán las pensiones, por una clara y simple razón: los estudios demuestran que para que eso ocurriera deberían ser regularizados una cantidad desorbitada de inmigrantes al año, inasumibles para nuestro sistema productivo. Por consiguiente, el gobierno debe tocar la difícil y sensible tecla de la edad de jubilación.
Puestos entonces, a debatir sobre un tema tan espinoso y vital como este. Desde aquí queremos lanzar una reflexión que mucho sectores ya están reclamando. La importancia de la jubilación no reside tanto en la edad, sea 65 o 67 años, sino más bien, la solución reside en CÓMO nos jubilamos. En otras palabras, en qué condiciones de vida llegamos a la edad de jubilación.
Con este principio, desarrollaremos, a lo largo de la semana entrante, una humilde propuesta sobre el aumento en la edad de jubilación

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